La batalla de Inglaterra, fue la batalla aérea más grande de la historia, produjó entre el 10 de julio de 1942 al 31 de octubre de 1949 en el marco de la segunda guerra mundial. Gran Bretaña y Alemania miden su poderío sobre el Canal de la Mancha. La superioridad aérea alemana era tan evidente, que parecía decisiva. En algunos momentos la Fuerza Aérea Británica parecía colapsar y Churchill pudo aclarar luego:
“No hay en la historia de la guerras, ningún otro ejemplo en que tan gran número de seres humanos debieron tanto a tan pocos”
Wiston Churchill
La Batalla de Inglaterra
Luego de invadir Bélgica, Francia y Holanda, Alemania está más motivada que nunca a continuar con su misión de crear un imperio. Por su parte el Primer Ministro, Wiston Churchill no estaba dispuesto a dar el brazo a torcer pese al panorama vigente. Su aliado, Francia, había caído en manos de los alemanes y su gabinete lo empujaban a firmar un pacto con Hitler, pero el Primer Ministro se mantiene firme.
Churchill tenía varias preocupaciones, una de ella era que el país disponía de escasas tropas, apenas con 200 tanques y unas 500 piezas de artillería de campaña. Además habían perdido el apoyo de las tropas francesas y la armada italiana colaboraba con la alemana. Royal Navy, la marina británica, tenía sus unidades dispersas por otras latitudes, lo que le restaba fuerza. Sin embargo, contaba con una amplia experiencia.
Por otro lado, el comandante de la Luftwaffe, Hermann Göring, ordena a sus fuerzas a que cierren el Canal de la Mancha, para cortarles las líneas de suministro a los buques británicos. Promete a Hitler que en solo 4 días acabarán con las fuerzas británicas del sur y destruirían la RAF (Real Fuerza Aérea Británica), en solo cuatro semanas. Cabe aclarar que la Luftwaffe disponía de 3 200 aviones y la RAF sólo contaba con 1.350 aviones de caza para defenderse.
Fracasa la aviación alemana
El 10 de julio de 1940, la batalla aérea de Inglaterra comienza. Al principio las incursiones aéreas germanas eran un tanto limitadas, pero a partir del 2 de agosto la Luftwaffe inauguró la segunda fase de acción mediante ataques masivos en contra de las instalaciones vitales de Inglaterra. Ataco los aeródromos ingleses, las fábricas de material aeronáutico y el conjunto de radares de la red inglesa. En tanto los aviadores británicos, llegaban al límite de sus esfuerzos.
Los alemanes nuevamente cambian de estrategia, y dirigen todos sus redadas contra la ciudad de Londres. Los ataques están dirigidos a generar terror, ejecutado mediante oleadas sucesivas que sumaban hasta mil aviones, lanzados al amanecer. Londres llegó a ser bombardeada durante cincuenta y siete noches consecutivas, se declararon cerca de 10 mil incendios y un millón de viviendas resultaron afectadas o destruidas.
Pero no solo los ataques estaban dirigidos hacía Londres, sino que Coventry, Liverpool y otras grandes ciudades sufrieron las agresiones. Sobre Inglaterra cayeron 190.000 toneladas de bombas y hubo que lamentar más de 50.000 heridos.
El primer ministro británico Winston Churchill, no daba el brazo a torcer y animó a la resistencia. La RAF, a pesar de su inferioridad numérica contaba con excelentes aparatos y con la ayuda del Radar. Logró repeler con éxito las diversas oleadas de cazas y bombarderos alemanes. El jefe de la Luftwaffe, Göring, observaba con frustración cómo se alejaba la posibilidad de una fácil victoria en el cielo, pese a su optimista promesa. Y con ello, la invasión del único país capaz de hacer frente a la maquinaria de guerra alemana en Europa Occidental.
En octubre de 1940, tuvo que suspender la ofensiva aérea porque las pérdidas comenzaban a ser demasiado grandes: la Luftwaffe había perdido 1.733 aviones y la RAF, 915. Por primera vez el dictador alemán se veía contenido y rechazado. La invasión de Inglaterra quedó aplazada por tiempo indefinido.