El cinturón de fuego del Pacífico

El cinturón de fuego del Pacífico o anillo de fuego, es una región de 40.000 kilómetros de largo, distribuidos en tres continentes. Se caracteriza por concentrar algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo, lo que ocasiona una intensa actividad sísmica y volcánica. 

En el cinturón de fuego del Pacífico se concentran el 75% de los volcanes inactivos y activos del planeta, se originan el 90% de todos los sismos del mundo y el 80% de los terremotos más grandes. Es por ello, que en el cinturón de fuego se ocasiona la mayor actividad sísmica y volcánica del planeta.

Sin embargo, no tiene forma de anillo sino más bien de una herradura. Estos lugares de gran actividad sísmica se encuentran en las costas del Océano Pacífico y abarca el territorio de 31 países. 

Incluye los países Argentina, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Honduras, Guatemala, México, Estados Unidos, Canadá, luego dobla a la altura de las islas Aleutianas y baja por las costas e islas de Rusia, Japón, Taiwán, Filipinas, Indonesia, Malasia, Timor Oriental, Brunéi, Singapur, Papúa Nueva Guinea, Islas Salomón, Tonga, Samoa, Tuvalu y Nueva Zelanda.

¿Por qué el Cinturón de Fuego concentra la mayor actividad sísmica del planeta?

Esto se debe al tipo de límite que se puede observar entre las placas tectónicas. Existen tres clases de límites: los límites divergentes, convergentes y de fricción. 

Límites divergentes: las placas se separan en sentidos opuestos. 

Límites convergentes: aquí ocurre lo opuesto, las placas chocan entre sí. Esto puede propiciar que la placa más pesada choque con la más liviana, creando zonas de subducción, asociada con los grandes terremotos y erupciones volcánicas. Este tipo de límite es el que encontramos en buena parte del anillo del  Pacífico. Lo podemos ver en la placa de Nazca con la Sudamericana, entre la de cocos y la del Caribe o entre la del Pacífico y la Norteamericana o la Australiana. 

Placas tectónicas

Fricción: es en dónde encontramos las fallas, en este caso las placas se desplazan de forma lateral en sentido opuesto. Esto es lo que sucede en la famosa falla de San Andrés, ubicada en el Oeste de Norteamérica. Los sismólogos advierten que en la parte sur podría generarse un gran temblor en los próximos años. Incluso ya tiene nombre: Big One.

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